Un ejército arrasa mi montaña,
No entiendo qué hacen aquí,
No entiendo por qué son como son,
No logro entender sus armas,
No logro entender su mentira,
No logro entender su odio,
No logro entender como matan a mi madre.
La desangran poco a poco,
Mientras mis ojos ven la barbarie,
Hombres vestidos de verde,
Con las manos llenas de acero,
Con la sangre que brota por sus poros,
Criminales enaltecidos.
Siento el vacio mientras me obligan a cambiar,
Cuantos dioses murieron arrasados por su odio,
Venían buscando un poco de nuestro oro,
No entiendo por qué tenían que matarnos,
Si nosotros lo íbamos a compartir.
Me dicen incivilizado,
Me juzgan y me señalan,
Grito al cielo pidiendo clemencia,
Busco y no encuentro mi espíritu de guerrero.
Pues ellos desangran mi fuente primaria,
Pues ellos matan por pedazos a su madre,
Desde su mismo vientre, en el que se encuentran.
Y de ellos hoy me han hecho parte,
En otro cuerpo el mismo espíritu,
En otro tiempo, el mismo guerrero,
Aquel que el tiempo no ha matado,
Aquel que ha sobrevivido como un sueño,
Aquel que hoy se quiere levantar,
Quiere gritar, así sea con el silencio,
Hoy desangro a mi madre, pero la quiero sanar,
Hoy soy una parte más de una amenaza,
Una parte que no quiere serlo más.
jueves, 10 de febrero de 2011
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