Tú me miras de una manera sutil,
Yo te devuelvo una mirada fugaz,
Y así te voy conociendo,
Así me vas conociendo.
Te acercas esta vez un poco más,
Tus labios no se mueven pero te escucho hablar,
Así conozco tu voz
Y así conoces mi silencio.
Mis manos rosan tu cuerpo, como por accidente,
Tú te estremeces ante la caricia de un desconocido,
Así te vas desconociendo y así…
Así voy entendiendo la seriedad de nuestro juego.
Esta vez soy yo el que te mira
Y tú te haces la que no me mira,
Y así nos estamos conociendo,
Lentamente y a la vez muy rápido.
Sin siquiera darme cuenta mis labios se acercan a los tuyos
Los tuyos responden ante aquel extraño suceso
Y así me empiezas a conocer más allá de mis palabras
Y así yo me empiezo a desconocer, besando a una desconocida.
Y entonces la sensación de familiaridad remplaza la extrañeza,
Y entonces todo se vuelve tan natural que no hace falta,
Ya no hace falta, tal vez, seguir conociéndonos,
Pues siento a cada instante que ya te conocía
Y esa idea loca me la repiten tus labios, tus ojos y tus manos.
Y esa idea loca se apodera de mi boca, de mis ojos y de mis manos…
Ya no eres nunca más una desconocida.
Porque cuando te toco soy como el aire,
Y tú tal vez igual al fuego,
Y cuando me besas entonces es como una explosión
Y yo vibro con ella y me vuelvo uno contigo.
Y danzamos a tu ritmo, y nos damos calor con tu brillo
miércoles, 26 de enero de 2011
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