Veo tu rostro y miro realmente tus ojos,
Miro tus ojos y veo realmente tus lágrimas,
Y en especial me detengo en una,
La miro lentamente, parece tallada por Dios,
Se desliza tímidamente pero con gran fluidez,
Se desprende de la humedad en tu ojo,
Como si fuera una semilla de diente de león,
Se desliza lenta y suavemente por tu mejilla,
Por un segundo se ve alumbrada por la luz de tu celular,
Aquel que tienes sostenido con desgano, como queriéndolo soltar,
Tiembla un poco, con miedo, inseguridad,
Pero continua con su camino,
Llevada por la ley de la gravedad.
Me siento identificado por un momento,
De pronto yo fui alguna vez esa voz al otro lado,
De pronto fui alguna vez esa luz que la provocó.
Se acerca a tu boca con su lento danzar,
No es más que tristeza pura, en toda su realidad,
Al seguir con su camino inevitablemente toca tus labios,
Hasta ahora me fijo en ellos, una mueca refleja el dolor,
No estas mintiendo, tus lágrimas son sinceras y detrás
Hay un inmenso sentimiento que no puedes por más tiempo guardar,
Al fijarme en tus labios escucho tu voz,
Solo provoca desilusión, las palabras salen con desgano,
Como si quisieran guardarse y nunca pronunciarse,
Las pronuncias lentamente, con plena seguridad
Y estas lo único que hacen es confirmar tu final,
Tus labios tiemblan al son de tus momentos amargos,
Y la voz al otro lado no la logro diferenciar,
No sé que te dice, pero te destroza en tu interior.
Seguimos andando, te levantas, hemos llegado,
Te vas sin decir palabra, la lagrima llega a tu quijada,
Sabe que es el fin, es una amarga despedida,
El abismo está enfrente... se suelta, se pierde...
Y ya de tus ojos está brotando una más,
Lista para salir al ruedo a danzar,
Lista para hacer tu tristeza física y contundente realidad.
Pero yo no la veré caer,
Fuiste solo un viaje,
Viaje en otro viaje,
El triste danzar solo duró,
El tiempo que el trayecto nos unió.
miércoles, 16 de marzo de 2011
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