miércoles, 30 de marzo de 2011

ENCUENTRO CON UN DESCONOCIDO

Vestía de negro,
Su fría presencia, Andaba tras de mí,
Olía a muerte, Sentía un gran temor,
Sus ojos cansados,
Testigos de mil batallas perdidas,
Volaba sin alas, En su oscuridad.

La muerte interna, sin putrefacción,
Cadáver viviente, máquina de perdición,
Andaba sin razón, vivía solo por obligación.
Frio y certero, llegó pronto a mí,
Su paso sereno anunciaba el final,
Una daga en lo alto, mis ojos reflejó…



Andaba tranquilo,
Perdido soñando, en su tranquilidad,
Su fuego danzaba, su grito se escuchaba.
Su mirada profunda,
Cargada de luz, de fuerza y pasión,
Volaba en lo alto, envuelto en su canción.


La vida en su máxima expresión,
Le tenía que acabar, lo tenía que matar,
Esa era mi única misión, mi única razón.
Unos pasos más cerca, siento su calor,
A la vida le quiero arrebatar su poca alegría.
Mi cuchillo en lo alto, desafiando su pasión.

Todo terminó,
Sus ojos chocaron,
El pasado al futuro se unió.
Todo recordó,
Sus sueños, sus metas, sus ganas de vivir.
Todo evidenció,
La caída de su vida, lo que alguna vez soñó,

Pasado y futuro, todo se unió.
Encuentro con un desconocido,
Lo mágico ése día aconteció,
Un solo hombre, a si mismo se encontró.


Vestía de negro, Su mirada inspiraba pasión.
Su puño en lo alto, su grito ensordecedor,
Nunca más olvidaría, lo que en su juventud soñó.
Por ello viviría, eternamente lucharía y al final moriría.

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