La desesperanza patética,
En medio de la alegría y la luz.
El silencio que,
Aunque aparenta,
Nunca existe a la hora de besar.
Las palabras que no hablan,
Los sueños que hoy no duermen.
Las caricias que se saborean,
Como un dulce después de llorar.
El suspiro que no oxigena,
Por más profundo que respires,
Siempre queda algo por dar,
Como una flor en cementerio,
Tarde o temprano se marchitará,
Como el muerto en la tumba,
Perderá la vida y se irá
Quizás a hacerle compañía
En el supuesto más allá.
Hablamos más cuando callamos,
Estamos más cuando nos fuimos
Y vivimos más cuando morimos.
Así son las cosas en la realidad.
domingo, 18 de septiembre de 2011
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