El cuervo se posa sobre la agónica mentira,
El cuervo se posa sobre la profecía moribunda,
Su negro plumaje parece ser seda ante el cadáver,
Su pico curvado parece ser una sonrisa descabellada,
Su olor putrefacto parece ser un canto a la muerte,
Su color provoca cuanto se puede llegar a esperar,
Su figura pasa y tras de sí cae mil veces su silueta,
El blanco de los huesos parece recordarle su alimento,
La noche parece adueñarse de su canto silencioso,
El canto silencioso parece ser su marca donde se posa,
Su presencia acompaña a quien se alimenta del poder,
Su corazón es tan luminoso, increíblemente impenetrable
Incluso ante las lineas del caos, permanece impasible.
Sentadas en un trono se encuentran las mentiras,
Agonizando están sus súbditos y su imperio amenazando con caer,
Aunque la mayoría permanecen vendados, algunos han abierto sus ojos,
Cada atrocidad cometida representa para ellos una razón más para luchar,
Ningún mal les hace desfallecer, pues tienen lo que nunca se encontrará,
Mil muertes más. En el poder continua el engaño perpetuo,
No fueron invitados a la construcción del mundo que les pertenece,
No fueron mencionados, siempre ignorados, pero nunca aplastados,
Cada golpe a su estirpe y su moralidad, representa una razón para continuar.
Por esta razón, la aparente fortaleza de la mentira en el imperio del dolor,
Tiene encima a un cuervo que amenaza con asesinarlo, lo observa con cautela,
En un mar de pinturas, donde el gris predomina, pero aunque luchan pocos,
Son suficientes… Pues son los que se necesitan.
Seran pocos los guerreros, pero seran los que son.
sábado, 19 de junio de 2010
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