lunes, 27 de diciembre de 2010

Morir en vida

La puerta se cerró dejando tras de sí un manto profundo de oscuridad,
Propio de una noche, pero no de cualquiera, de una fatídica y apocalíptica penumbra,
Cerrar los ojos y abrirlos de repente, y el sol ya está asomándose como lo hace a diario,
Anunciando que el principio del final ha llegado, mostrando que el desenlace es relativo,
Es tan relativo como incierto e inoportuno, enfrentarse a sí mismo, tragarse su propia oscuridad,
Eso no ocurre un día cualquiera, ocurre solo cuando hay que renacer, así lo hayas hecho mil veces,
Siempre será distinto, siempre tienes que quemarte en medio de algo que es distinto también,
Tu fuego y tu oscuridad cambian con fortaleza, cambian tanto que ya no eres el mismo, respiras…
Exhalas y de nuevo eres otro, has muerto una vez más, has nacido como nunca lo habías hecho.

Pero esta vez es algo nunca vivido, no solo vas a morir…
Vas a tragarte tu propio corazón, tus propios demonios,
Van a ser el combustible para quemarte a ti mismo,
Van a ser el fuego robado al demonio, para iluminarse,
Va a ser el renacer del fénix, mientras la primera hace su aparición,
La primera luna llena del nuevo camino del andar.

Quien dijo que tragarse a si mismo ha de ser fácil,
Más cuando has construido y mantenido una mentira,
Una larga y dolorosa mentira, en tu caer, en tu renacer,
Estas quemando a otras personas, ese no es el camino real,
Pero es el camino que te corresponde y tienes que afrontar…

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