De cuanta sangre se ha alimentado,
La tierra de este mundo,
Cuántos soñadores hemos olvidado.
Muchos no soportan
El peso de la verdad,
Tantos que no quieren,
Que la injusticia toque su final.
Miles han marchado,
Los han obligado a partir,
Tres tiros, unos golpes,
Y la tristeza que danza hoy aquí.
Cuantos gritos,
Han querido callar,
Y sus ecos,
No han parado de resonar.
Que sus ideas no son solo mente,
Que su vida no es solo un cuerpo,
Que su alma no puede tener barrotes,
Que su grito, su grito ya lo lleva el
viento.
Que los muertos que han luchado,
Han dejado más que un recuerdo,
Que los sueños que nos han contado,
Son más que un lejano lamento.
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