Las manos tendidas al cielo,
Rogando por clemencia,
En toda la ciudad,
En cualquier garaje encontrarás,
Las mentiras de ladrones,
Disfrazados de benefactores.
Doña Ester que nada tiene,
Fijo cada mes está,
Entregando su pensión
A las mentiras de un pastor.
Por unas moneditas,
Se consigue salvación,
Pero cheques siempre llegan,
A lo mejor les va
mejor.
De la Gran Ramera,
Cuantas hijas han nacido,
Aprendiendo sus discursos,
Para llegar a los bolsillos.
Hace cuanto resonaban
Enseñanzas de un hombre,
Que gritaba a los vientos:
El mercado no es templo,
Hoy su imagen se enaltece
Su pensamiento yace enterrado,
Entre el oro que han dejado,
Las guerras que tantas veces han creado.
Vende todo lo que tienes,
Dáselo a los pobres,
Ven, ven y sígueme,
Decía su señor,
Vende todo lo que tienes,
Entrégamelo, soy el que necesita,
Y a los pobres, sácales de mi mansión
Dicen ellos hoy.
Que gran negocio,
Jugar con los sentimientos,
De un pueblo que necesita amor,
Respeta las creencias,
Escucha lo que digan,
Pero sal a las carreras,
Si van detrás de tu cartera.
Porque no, no hay mejor negocio que la podrida religión,
Por unas moneditas ellos venden salvación,
Pero siempre llegan cheques,
Será que así les recibirán mejor,
Estafa que promete,
Primera clase en lujosa habitación
De la que nadie jamás regresó.