Te pido que pares,
Que dejes de meterte en mi camino,
Que dejes de hacer un infierno cuando estoy sonriendo,
Que dejes de susurrarme cuando menos te quiero oír,
Te lo pido a ti, pues no sé a quién recurrir,
Te lo pido a ti, pues yo en definitiva no te he podido
detener.
Porque hay días en los que todo marcha bien,
Viajo a otros sitios, descubro nuevos sentimientos,
Pero siempre vuelvo, vuelvo a la tierra de tu recuerdo
Y allí llegan mensajes del viento que preferiría nunca oír,
Y allí todo marcha como marcha normalmente.
Y sé que no te has aparecido ante mis ojos hace ya un buen
tiempo,
A veces deseo que lo hagas y justo entonces no apareces,
Pero cuando estoy distraído, mi mente dice que allí estás,
como siempre,
Mis ojos dicen que si pasaste, pero la lógica dice que no lo
hiciste,
Entonces me preguntó si estoy soñando… Rápidamente me
respondo negativamente,
En mis sueños apareces en todo lugar, en la realidad solo
cuando menos conviene.
Y entonces como un huracán, sin compasión, los recuerdos
abordan mi mente
Y me ahogan entre tanta hermosura, y la sonrisa de mi rostro
desaparece,
Y te extraño como nunca, o mejor como siempre,
Pero reacciono a tiempo y me pongo la máscara más dura que
tengo…
Aquella que solo tú puedes y sabes penetrar.
Como nadie más lo logra, entonces funciona
Y sigo igual.
Sabes que yo tampoco interferiré,
Si algún día en otro planeta decides volar,
Sabes que si ves a alguien no seré yo,
Probablemente será mi fantasma,
Aquel que vive solo en tus recuerdos,
Y si acaso lo dudas, te lo confirmo.
No tiene sentido que pares,
Pues tú no haces nada,
Solo tu fantasma,
Tu recuerdo constante,
Tú aroma en mi piel,
Tus labios en los míos.
¿Y sabes?
Mientras escribo cambio de parecer,
Mejor nunca pares, porque si lo haces
Será peor mi desdicha, me irá peor en el camino.